El sábado por la tarde volví a la plaza de toros después de muchos años años, siete para ser exactos. En mi descarga tengo que decir que estuvimos allí por cuestiones de trabajo, pero tuve la misma sensación que cuando iba con mi padre; preguntarme qué hago ahí si no tengo nada en común con el público que va a los toros, y que a pesar de que me parece un espectáculo salvaje y machista ¿por qué hay algo que me atrapa?, y lo peor de todo ¿por qué me gusta?
Tengo asumido que lo mío no tiene solución; intentaré llevarlo lo mejor posible, tomándolo como producto de una época, una tradición y sobre todo como una manera de quedarme con algo de mi padre.
Cuando acabó estuvimos hablando de lo sórdido que resulta el mundo taurino y de su cada vez más envejecido público, y llegamos a la conclusión de que cuando Alba sea mayor, es más que probable que la corridas no existan y que de ellas piensen que era "algo horroroso que iban a ver los abuelos".
Espero que así sea.
ahora suena:"la bien pagá" de Bebo & Cigala
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